En febrero hemos recibido en el barrio tres visitas muy diferentes de grupos interesados ​​en conocer de primera mano la transformación de la Mina. Por un lado, acogimos, a lo largo de todo un día, tres técnicos del Ayuntamiento de Figueres (Girona) que están trabajando en el barrio de San Juan, con mayoría de población gitana. Y, por otro, dos grupos de estudiantes universitarios, unos de trabajo social que venían de Bélgica, y otros, futuros arquitectos estadounidenses.

.

 

 

En el caso de los técnicos de higueras, después de poner en marcha diversos proyectos de intervención con el objetivo de reforzar la cohesión social que, por ejemplo, han contribuido a la constitución y organización de la Asociación de vecinos o implementar, a través de la Fundación Pere Closa, el refuerzo escolar, ahora trabajan en la planificación de un proyecto global para abordar el conjunto de retos que tienen planteados. Después de una primera presentación para situar las bases del Plan de Transformación y sus objetivos principales, tenían mucho interés en conocer de primera mano el proyecto de apoyo a las comunidades de vecinos y de mediación. De modo que una vez explicado cómo ha funcionado este servicio a lo largo de más de quince años, primero para establecer el grado de organización interna de cada una de las 126 comunidades y después para fomentar su buen funcionamiento colaborando en su gestión y en la resolución de posibles conflictos, tuvieron la oportunidad de hablar con el presidente de una comunidad de la calle Saturno. Este les explicó con satisfacción que a pesar de las dificultades que pueden surgir en el día a día son una comunidad que se organiza para recoger sus cuotas, para decidir cómo se hace la limpieza de la escalera, o como se decora el entrada para Navidad. Así, se han puesto de acuerdo para mejorar la seguridad de la entrada instalando una cámara de vigilancia, han modificando la ubicación de de interfono para evitar el vandalismo y han decidido poner plantas en la fachada para poner vida.

  

A continuación se realizó una visita al SIOL y el Club de Trabajo para entender cómo funciona la Red de servicios de inserción sociolaboral del Consorcio. Y, después, a modo de ejemplo, hubo un encuentro con las dos técnicas que llevan Itinerarios de Mujeres, porque es uno de los servicios de la red que atento mayormente personas de la comunidad gitana. Todo ello fue un buen intercambio de experiencias. Ya por la tarde conocieron La caja de los juegos y Espacio Joven, los dos servicios del Plan de Transformación que centran su atención, el primero en las familias con niños pequeños hasta los 12 años y el otro en los jóvenes.

El urbanismo social
Las presentaciones a los estudiantes extranjeros se hicieron en una de las salas de encuentro del Espacio Cultural Fuente de la Mina. Más centrada en los objetivos y programas del Plan de Actuación Social integrado en el Plan de Transformación para los estudiantes de trabajo social de la Howest, University College West Flanders, y más en los aspectos de planeamiento del territorio y remodelación urbanística para los del Wentworth Institute of Tecnology de Boston. En ambos casos, sin embargo, se hizo hincapié en la importancia que ha tenido en el éxito de esta intervención integral y global, la armonización que siempre ha regido entre las actuaciones sociales y las urbanísticas dentro de este mismo plano. Por ello, el concepto del urbanismo social resume muy bien la intención primera y constante a lo largo de todos estos años en la ejecución del Plan de Transformación. Y, entendemos que urbanismo cumple a la vez una función social, cuando encaja con las necesidades de las personas, cuando se preocupa de la sostenibilidad y cuando busca la cohesión social de la comunidad a la que sirve.

  

Después de las presentaciones se hicieron las correspondientes visitas a pie para poder ver sobre el terreno los resultados, tanto en la Mina Nueva con la colocación de 30 ascensores y el ordenamiento de los espacios entre bloques, como la Mina Nueva con la división de las escaleras para poder tener comunidades de 40 vecinos en lugar de 80 y así facilitar su organización, las mejoras para la accesibilidad, la rehabilitación, y los diferentes equipamientos y nueva vivienda social que se ha construido.

Consorcio del barrio de la Mina