El equipo de intervención integral del Consorcio que trabaja para mejorar las condiciones socioeconómicas de las familias que viven en el edificio de la calle Venus, pone en marcha una Unidad Básica de Participación. Un órgano de coordinación para el conjunto del bloque, formado por una representación de estos vecinos que se encontrarán periódicamente para tratar de abordar necesidades concretas que afectan al conjunto de las seis comunidades de escalas.

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Aprovechando la experiencia de muchos años de trabajo y el conocimiento que estos profesionales tienen de ciertas personas del vecindario que por propia iniciativa, en el pasado, se han mostrado implicadas en la vida de su comunidad, ya fuera asumiendo responsabilidades o expresando su voluntad de mejorar las condiciones de convivencia, funcionamiento y organización de la escala, el equipo de técnicos les ha convocado a una primera reunión para proponerles un espacio de encuentro donde debatir necesidades comunes del conjunto del bloque y encontrar soluciones . En este primer momento, se trata sobre todo de que se conozcan entre ellos y que puedan poner en común sus consideraciones del día a día de sus comunidades. Que el hecho de encontrarse y empezar a compartir preocupaciones y anhelos, cree entre ellos un estado de conciencia que a la vez refuerce el sentido de grupo y ganas de contribuir a organizar y trabajar juntos por el bien común.

   

Representatividad e implicación
Se ha buscado que sea un grupo lo más heterogéneo posible, con un balance representativo entre hombres y mujeres, edades y diversidad sociocultural del conjunto de la comunidad. Hay un primer grupo de unas cuarenta personas que podrían ser referentes para sus vecinos y vecinas, y de entre los que debería constituirse un grupo más compacto que pueda trabajar coordinadamente cuando se trate de organizarse y tomar decisiones de manera conjunta y unitaria. Deberían abordar temas como la mancomunidad de recursos, herramientas y servicios, buscando una mayor efectividad de los mismos; gestionar la limpieza de los patios de luces; trabajar para conseguir buenos hábitos de convivencia en las comunidades, y coordinarse para resolver problemas generales como la suciedad en los espacios comunes o las actuaciones incívicas.

Por ello, contarán con el asesoramiento y acompañamiento del equipo del Consorcio, aunque, tal y como explican los responsables del proyecto, desde el primer momento se intentará que el protagonismo y la responsabilidad la asuma el grupo de referentes. Y, que sean ellos mismos los que marquen las prioridades, establezcan estrategias de actuación y la manera de trabajar y coordinarse. En un primer momento se tratará de que el grupo se sienta apoyado para poder exponer sus inquietudes, para luego detectar juntos los problemas, empezar a construir una propuesta de solución y gestionarla. El equipo técnico hará el seguimiento de los acuerdos tomados sin interferir mucho porque de hecho el objetivo es que la organización sea suya y actúen con autonomía.

    

Consorcio del barrio de la Mina