El racismo sistémico sigue arraigado en el mundo, tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. Las estructuras sociales, económicas y políticas siguen perpetuando discriminación y exclusión de grupos raciales y minorías.
Es necesario insistir, pues, en la necesidad de reconocer e identificar los mecanismos sibilinos que mantienen este sistema de opresión, como las desigualdades en el acceso a la educación, la salud, la vivienda y el empleo.
Ésta es una de las principales conclusiones del IV Foro Global de la UNESCO contra el Racismo y la Discriminación, celebrado esta semana en Barcelona. Un evento internacional que ha reunido como ponentes a 150 expertos, activistas, representantes políticos y organizaciones de todo el mundo procedentes de 85 países. Durante dos días de debates y reflexiones se han abordado los graves problemas de la discriminación y el racismo, llegando a conclusiones para implementar una acción urgente y colectiva para combatir globalmente estas formas de desigualdad. En el encuentro se han inscrito 1.400 personas y más de 50.000 le han seguido telemáticamente, lo que supone un récord de participación.
Creación de una Alianza Global para la acción
El resultado es la creación de la Alianza Global, que debe servir para intercambiar experiencias y buenas prácticas y que supone un claro llamamiento a la acción. El objetivo es promover el respeto a los derechos humanos, la igualdad de género y luchar contra todo tipo de discriminación en cualquier aspecto de la vida. Todo ello debe servir para fortalecer capacidades, generar conocimiento, realizar investigaciones y contribuir al diseño e implementación de políticas públicas y acciones en distintos ámbitos. El Sector de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO ejercerá como Secretaría encargada de promover y dinamizar su funcionamiento y actividades.
El Fórum pone de manifiesto la necesidad de un enfoque transversal en todos los sectores de gobierno con la participación de todos los actores de la sociedad. La Alianza instará a las partes -instituciones internacionales y regionales, gobiernos nacionales, regionales y locales, la academia, la sociedad civil, el sector privado, los medios de comunicación y las comunidades artísticas- a redoblar esfuerzos. Al mismo tiempo que velará por la rendición de cuentas y el establecimiento de indicadores para medir el progreso de su implementación.
El antigitanismo en el Foro Global
A través de voces propias como la de María Rubia, de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas, y de Demetrio Gómez, de la Plataforma Europea LGTBIQ+, el foro denunció el antigitanismo vigente y profundamente arraigado, así como la situación de marginación social y económica que sigue sufriendo el pueblo gitano. Las personas gitanas son a menudo estigmatizadas o se las asocia a estereotipos negativos. Quedó claro que el antigitanismo no es sólo una problemática social, sino también estructural, arraigada en las instituciones y en las prácticas cotidianas de discriminación. Como vías de remisión, Rubia dio como ejemplo la modificación hecha al Código penal español que ha tipificado el antigitanismo como delito, que ahora permite perseguirlo legalmente, y la necesidad de implementar programas específicos para combatir el antigitanismo en las escuelas y en los medios de comunicación.
Por otro lado, destacó el papel líder de Cataluña, que desde sus instituciones ha considerado como objetivo prioritario la plena integración del pueblo romero en el país. Destacando el compromiso político que se materializa en los diferentes Planes Integrales del Pueblo Gitano en Cataluña, el primero de ellos del año 2005 que, entre otros aspectos, les reserva espacios de participación en las instituciones y promueve el acceso a la formación y en los estudios universitarios, como en la vía de reparación y fomento de la representación.
Educación: herramienta de cambio y transformación
Este IV Foro Global destapó y puso nombre a las distintas caras de la discriminación y el racismo. No rehuyó la cuestión de la criminalización de determinados colectivos y la violencia policial, el vínculo entre racismo y la migración o la discriminación institucional y la exclusión social. Mientras defendió la educación como herramienta para el cambio y la transformación, la defensa de los derechos humanos y la responsabilidad de las empresas y las corporaciones.
El Foro Global de la UNESCO ha sido una plataforma clave para poner sobre la mesa las desigualdades raciales persistentes e impulsar una agenda global para la acción que promueva la equidad y la dignidad para todas las personas, independientemente de su origen o raza . Las conclusiones reflejan un firme compromiso para combatir el racismo y la discriminación mediante la educación, la reformulación de las políticas públicas y la creación de un sistema global más justo e igualitario.