Representantes de entidades sociales, técnicos municipales y profesionales de la educación participaron este mes de mayo en la Jornada "En verano nos jugamos mucho", para debatir cómo garantizar el derecho de niños y adolescentes a disfrutar de actividades educativas durante las vacaciones escolares. A partir del dato de que 4 de cada 10 no realizan ninguna actividad en verano, se reivindica universalizar el ocio también en tiempo de vacaciones.
Entre el final de un curso y el inicio del siguiente pasan doce semanas que, en función de la situación socioeconómica de las familias, si se participa en actividades de ocio educativo o no, se acentúan las desigualdades y existen consecuencias en el desarrollo futuro de estos niños. La conclusión de la jornada es que la educación en el ocio es una inversión que nos beneficia como sociedad, que también debe serlo durante el verano. Cada niño y adolescente debería poder disfrutar de un mínimo de dos semanas de actividades lúdicas y formativas en los meses de vacaciones.
El encuentro estuvo organizado por la Aliança Educació 360 y la Diputación de Barcelona como parte de la iniciativa puesta en marcha conjuntamente con la Plataforma de Infancia de Cataluña PINCado de la Mesa del tercer sector, "En verano nos jugamos mucho". Desde donde se hace un llamamiento a federaciones, entidades y colegios profesionales de ámbitos tan diversos como salud, cultura, deporte, social, educativo y de infancia, adolescencia y juventud, para que el verano deje de ser un tiempo en el que se ensanchan las desigualdades para convertirse en una época de oportunidades, aprendizajes y bienestar.
Conclusiones principales
El ocio es un derecho y el verano debe ser una continuidad del derecho a la educación. El ocio no es un lujo, sino una parte esencial del crecimiento personal, social y emocional de niños y adolescentes. El ocio educativo no es sólo una actividad complementaria, sino un derecho reconocido por la Convención de los Derechos de la Infancia de las Naciones Unidas.
Existen desigualdades socioeconómicas persistentes que limitan la participación en actividades de verano. A pesar de la existencia de becas, éstas a menudo no llegan a todas las familias necesitadas. Se propuso aumentar la financiación pública y establecer sistemas de ayudas más flexibles y adaptadas a las realidades familiares. Por motivos económicos, más del 80% de los niños no acceden a actividades de ocio en verano, o por falta de información. Se reclamó una apuesta clara por parte de las administraciones por superar estas barreras.
Se necesitan alianzas entre municipios y entidades para establecer redes locales sólidas, donde ayuntamientos y entidades del territorio trabajen juntos con una mirada educativa compartida; y tener una oferta de actividades de verano coordinada y de calidad. Se propuso establecer convenios de colaboración, compartir espacios y objetivos comunes, y mantener una constante coordinación durante todo el año.
Es necesaria una oferta de actividades diversas y variada que responda a los intereses de estos sectores de población que son el futuro de la sociedad, atendiendo a todas las franjas de edad; y, al mismo tiempo, garantizar los canales de comunicación necesarios para llegar a todo el mundo, adaptando su lenguaje y sus formatos.
Verano enriquecido!
Esta jornada se enmarca dentro de la iniciativa "Municipios por un Verano Enriquecido", que tiene como objetivo construir modelos locales de ocio educativo sostenibles, arraigados en el territorio y adaptados a la diversidad de necesidades de los niños. Durante dos años se impulsarán políticas educativas y de ocio piloto en doce municipios catalanes para combatir las desigualdades educativas en verano. La iniciativa busca transformar las políticas de verano locales en proyectos estructurados y sostenibles que garanticen el acceso equitativo a actividades educativas, deportivas y culturales para todos los niños y adolescentes.